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Desde que el Gobierno nos deja salir a la calle a practicar deporte, muchos son los que se han animado a retomar el salir a correr o incluso se atreven a iniciarse en esta práctica. Sabemos que hacer ejercicio con regularidad tiene muchos beneficios, pero concretamente ¿qué beneficios positivos tiene la práctica running en nuestra salud y bienestar?
Si ya has empezado a correr, te habrás dado cuenta de que después de entrenar te sientes mejor contigo mismo. No es casualidad, y es que quizás este sea uno de los motivos por los que mucha gente se ‘engancha’ al running.
Correr incrementa tanto el nivel de endorfinas como de serotonina, las hormonas que hacen que nos sintamos más felices, por tanto, se combate el estrés y la ansiedad. Salir a correr supone un momento de desconexión, nos evadimos de la rutina y con ello, potenciamos las ideas y creatividades, ya que pensamos con más claridad.
El running es beneficioso para los sistemas cardiovascular, respiratorio, metabólico e inmunológico de nuestro organismo. Y aunque para muchos, salir a correr solo sea motivo de querer perder peso, lo cierto es que también regeneramos masa muscular.
Se trata de una actividad aeróbica, por lo que sin duda se trabaja la pérdida de grasa, pero además de esto, se tonifican piernas, glúteos, espalda, abdomen y brazos. ¡El combo perfecto!
Eso sí, para conseguir resultados, siempre se deberá complementar con una dieta equilibrada que fomente y ayude a nuestro cuerpo a mantenerse sano y en forma.
Sin duda, correr ayuda a descansar. Como hemos comentado, hacer este deporte relaja el cuerpo y la mente debido a la segregación de endorfinas. Si a esto le sumamos el cansancio que resulta de la sesión, el running se convierte en el mejor aliado para conciliar un sueño profundo y asegurar el buen descanso.
Si padeces insomnio, saliendo a correr notarás cómo experimentas mejoras en las diferentes fases del sueño. Sin embargo, recuerda que siempre es mejor evitar hacer ejercicio a menos de 4 horas antes de irte a la cama, porque sino los efectos pueden ser adversos.
Ese sentimiento de alcanzar los objetivos marcados y conseguir más de lo que pensaste que podrías conseguir hace que tu autoestima aumente. La superación personal nos permite sentirnos bien con nosotros mismos, aprobando nuestra propia imagen.
De esta forma, es una manera de ganar confianza y levantar el ánimo. Mejorar tu rendimiento y tu estado mental y físico te dará esa sensación de progreso que a todo el mundo le encanta.
Salir a correr para evadirnos es la mejor manera de dejar fluir nuestra mente y el estrés. Uno se relaja mejor mientras desconecta de un día ajetreado, por lo que te animamos a comenzar a deshacerte con regularidad de las tensiones diarias a través del movimiento y la actividad física.
Con este enfoque descubrirás una nueva forma de mantener la calma y la tranquilidad en todo lo que haces, dándote una sensación de dominio sobre tu cuerpo y tu vida.
Bien sea por nuestro trabajo, por ser nuestro estilo de vida o simplemente por habernos acostumbrados a ello, el sedentarismo es un factor importante de riesgo en la población.
Las nuevas formas de vida que se asumen suponen un menor esfuerzo físico, y es que predominan actividades como mirar televisión, trabajar frente a un ordenador o leer, sin requerirse mucho más consumo de energía que el necesario para respirar.
Y no hay más secreto: la mejor manera de combatir el sedentarismo es bajo la realización de actividad física (planeada, estructurada y repetitiva). Correr te permitirá alcanzar más rápidamente ese equilibrio entre sedentarismo/vida activa que necesitamos.
El running no es solo una moda o tendencia, es una actividad que aporta muchísimos beneficios a la salud, tanto físicos como mentales. Sin embargo, antes de iniciarse en este mundo debemos tener en cuenta algunas pautas.
Entre ellas, encontramos la recomendación de mantener buena postura, ya que así evitaremos lesiones y haremos del ejercicio una actividad más eficiente. ¿Cómo se debe correr?
Con la cabeza erguida, mirada al frente, hombros y cuello relajados, codos flexionados a noventa grados, cuerpo un poco inclinado hacia adelante, aterrizando con toda la planta del pie. Además, se deben usar zapatillas con amortiguación y si es necesario, plantillas.
Ponte tus zapatillas, colocate tus auriculares y… ¡a despegar!
