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Todos sabemos que los vehículos deben pasar un control técnico cada cierto tiempo para verificar que reúna las condiciones necesarias para su circulación. Pues con nosotros ocurre igual. Bien seas deportista de élite, aficionado o principiante en el deporte, si realizas cualquier tipo de actividad física es recomendable someterse a una prueba de esfuerzo para comprobar que todo está correcto.
Así, de la misma forma que un experto mecánico examina nuestro coche, un médico deportivo se encarga de valorar nuestra capacidad individual a la hora de realizar esfuerzos. De esta forma, observando las respuestas de nuestro sistema ante el ejercicio, se obtendrá un diagnóstico.
Es entendible pues que las pruebas de esfuerzo, en el ámbito de la medicina deportiva, constituyan un papel fundamental, ya que es la base del estudio y conocimiento de las características del paciente.
Con independencia de la finalidad con la que se realice el reconocimiento, este debe ser realizado en un centro que cuente con el equipamiento necesario y el personal adecuado a fin de garantizar la seguridad del individuo y la calidad de la prueba.
El profesional que realizará tu prueba de esfuerzo deberá:
De esta manera, podemos observar cómo resulta imprescindible disponer de unos conocimientos y experiencia previa a la hora de dirigir este tipo de procedimiento. Por ello, según la Ley 44/2003 del 21 de noviembre, que garantiza que “todos los profesionales sanitarios cumplen con los niveles de competencia necesarios para tratar de seguir salvaguardando el derecho a la protección de la salud”, una prueba diagnóstica de este tipo debe ser realizada por un médico especialista.
Asegúrate de que la persona que te va a realizar la prueba es un profesional de la materia, ya que las revisiones de estas características deben ser firmadas por un médico especialista en medicina deportiva y realizadas en un centro médico homologado para ello. ¡No lo olvides!
