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Hemos entrado de lleno en la Navidad y por ende, en copiosas, largas y calóricas comidas y cenas. Comenzamos a mediados de mes con las reuniones de empresa en las que ya tuvimos un anticipo de lo que está por venir: mucha comida, mucha bebida, turrones, mazapanes y algún polvorón. Por eso, incluso antes de que lleguen el resto de encuentros familiares en la mesa, ya nos preguntamos si vamos a poder sobrellevar tanta comida…
Las estadísticas señalan que la mayoría de personas acabarán estas fiestas con 3 o 5 Kg de más. Y esto no solo afecta a la talla del pantalón, sino que puede tener consecuencias para la salud, especialmente para aquellos que padecen alguna enfermedad crónica como diabetes, hipertensión, colesterol alto,...
Que la cena de Nochebuena, la comida de Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, Roscón de Reyes y algún banquete más no se conviertan en un problema para la salud es fundamental para que el 2020 empiece con buen pie.
En Novasalut Clínica queremos que disfrutéis de estas fechas con vuestra familia y amigos, por eso traemos una serie de consejos que os pueden ayudar a evitar excesos y empachos y además, harán que vuestra salud no se resienta.
Debemos seguir con ese patrón: desayuno, pequeño almuerzo, comida, merienda ligera y cena. Con ello se evita picotear entre horas y llegar a la cena de Nochebuena, por ejemplo, con un hambre voraz. Al no devorar todo lo que se nos ponga por delante, nuestra digestión será menos pesada y nos encontraremos mejor. Además, si comemos cinco veces al día, el reparto de las calorías ingeridas será más equilibrado.
Nuestro estómago tarda alrededor de 15-20 minutos, desde que ingerimos el primer bocado, en mandar la señal de saciedad al cerebro para que este nos diga que estamos llenos. Si comemos rápido, en esos 15 minutos habremos engullido mucha más cantidad de comida que si lo hacemos despacio. En consecuencia, habrá un exceso calórico y una sensación de hinchazón de estómago importante.
Por otro lado, masticar a conciencia los alimentos y salivarlos bien también es fundamental. Si lo hacemos así, la labor del estómago es más sencilla y la digestión más rápida. Si tragamos trozos grandes, los órganos implicados en la digestión trabajan de manera forzada.
Otro punto a favor de comer despacio es que se disfruta más paladeando cada bocado.
Intenta ser consciente de la cantidad que estás comiendo. Un buen truco es servirte en un plato y no picar del centro de la mesa. Así irás controlando todo lo que ingieres y podrás tener un mayor control. Ya sabemos que los excesos pasan factura.
Los dulces son muy tentadores todo el año, pero acabar una comida en estas fechas sin un trozo de turrón, algún polvorón y un mazapán es casi como si no fuera navidad. Sin embargo, debemos ser conscientes y controlar esta ingesta excesiva de azúcares. Un truco puede ser compartir el dulce con alguien. Otro es sustituir ese mazapán por un par de nueces o castañas, que también son muy navideñas.
Si os recomendamos actividad física durante todo el año, imaginaos ahora. En estas fechas insistimos más, si cabe, en lo saludable que es realizar ejercicio. Además, compensaremos los excesos de las celebraciones.
Las bebidas alcohólicas que riegan las comidas y cenas navideñas están llenas de calorías vacías. Modera su consumo e intercala con vasos de agua. Reducirás calorías superfluas y además evitarás sentirte mal al día siguiente.
Bebe agua. Parece que cuando vamos de celebración olvidamos algo tan fundamental como beber agua. Y aunque os parezca inverosímil, así es. Si bebemos agua en las comidas y cenas navideñas, estaremos evitando ingerir más alcohol del que debemos, ayudaremos a una buena digestión y estaremos facilitando el tránsito intestinal, que es algo que suele resentirse cuando nos excedemos en las comidas.
Ya véis que son consejos muy sencillos que todos podemos seguir. Disfrutar con la familia y amigos no tiene porque convertirse en un exceso tras otro. Nos sentiremos mejor y no entraremos en las estadísticas que os comentábamos al principio.
