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Si eres deportista o practicas deporte de manera habitual, te interesa mucho lo que te vamos a contar en este post.
Cuando practicamos algún tipo de actividad física, nuestro cuerpo realiza un esfuerzo importante y, algunas veces, lo llevamos al límite. ¿Te has preguntado alguna vez cómo responde tu corazón cuando haces deporte? ¿tu tensión arterial va acorde con el esfuerzo que estás realizando? ¿deberías bajar la intensidad?,... Por todo ello, hoy queremos hablaros de las pruebas de esfuerzo. ¿Por qué son tan importantes? ¿qué se valora en ellas? ¿quién debería realizarlas?... Vamos a aclarar éstas y otras dudas que, como ya hemos dicho, seguro que son de tu interés.
La prueba de esfuerzo, también llamada ergometría, es un procedimiento no invasivo que proporciona información de carácter diagnóstico sobre el funcionamiento cardiopulmonar y que evalúa la capacidad individual para realizar ejercicio dinámico.
Dicho de otro modo, es un estudio que nos muestra cómo responde el corazón cuando realizamos ejercicio controlado. Y decimos controlado porque durante una prueba de esfuerzo vamos a estar en todo momento monitorizados y vigilados por profesionales médicos. Al menos, así debería ser siempre.
Según la Fundación Española de la Salud (FES), la principal finalidad de esta prueba es poner de manifiesto patologías que no presentan síntomas cuando el paciente se encuentra en reposo, pero que pasan a ser sintomáticas cuando realiza ejercicio físico. Por tanto, la prueba de esfuerzo constituye una pieza esencial del arsenal preventivo en Medicina Deportiva para la detección de cardiopatías ocultas y otras causas que puedan limitar o contraindicar la práctica de ejercicio físico.
Según la especialidad médica de la que se trate, se le podrán dar a las pruebas de esfuerzo las aplicaciones que se deseen. Por ejemplo, si hablamos de Cardiología, el espectro de enfermedades cardiacas en las que se realiza es cada vez mayor: hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca avanzada, alteraciones del ritmo, cardiopatías congénitas, etc. Por eso, su carácter diagnóstico resulta tan importante.
En el caso de la Medicina Deportiva, sus principales finalidades son:
Por todo lo antedicho, las pruebas de esfuerzo están indicadas tanto para deportistas profesionales como para los amantes del deporte, que lo realizan por hobby y salud.
En el primero de los casos, no solo se usan para valorar el estado de salud del corazón y sistema cardiaco. Por la gran cantidad de información que aportan, también se usan para mejorar el rendimiento del deportista ya que dan pistas sobre los umbrales a los que éste tiene que entrenar.
En el caso de los aficionados al deporte, también es importante realizarlas. Según la Sociedad Española de Cardiología, la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en España. Y al hilo con este dato, un estudio de CinfaSalud revela que tres de cada cuatro corredores no se han hecho ninguna prueba de esfuerzo ni siguen un plan de entrenamiento pautado. Así que realizarse un chequeo de estas características, puede ayudar a conocer el estado de nuestra salud a la hora de practicar ejercicio de manera segura, sin poner en riesgo la salud.
