El personal que realiza las PE es fundamental, porque garantiza la correcta planificación y la adecuada
ejecución de la prueba, la interpretación de los síntomas y de los signos físicos, así como el tratamiento
adecuado en cualquier situación clínica que pueda aparecer, finalmente la emisión del correspondiente informe.
Por ello, cualquier Prueba de Esfuerzo debe estar supervisada y dirigida por un médico, Especialista en
Medicina de la Educación Física y Deporte, Cardiólogo, o con la experiencia adecuada, que será responsable
de la calidad de la sala de ergometría y de la seguridad del paciente.
El médico, que debe tener experiencia en la realización de PE, es el responsable de la interpretación
de todos los datos de la prueba (signos, síntomas, ECG, parámetros estudiados), debe estar entrenado en situaciones
de emergencia y reanimación cardiopulmonar (RCP), idealmente acreditado y reacreditado periódicamente siguiendo
las directrices del Plan Nacional de RCP (que lleva funcionando en España desde 1985) y el Consejo Europeo de Resucitación,
y debe realizar el tratamiento de las complicaciones de la prueba, si fuera necesario.
El personal técnico o de enfermería que efectúa la preparación del individuo sano o del paciente al que se
va a realizar la PE debe estar formado para la colocación correcta de los electrodos, así como de todos los aspectos
técnicos que precisa, para el control de la presión arterial, y para colaborar con el médico en la evaluación de los
síntomas y signos del paciente durante la ejecución de la prueba.
El personal que dirige la prueba debe estar adecuadamente entrenado y actualizado en todos los procedimientos de
urgencia, contraindicaciones de la PE e indicaciones para la finalización de la prueba, que deben respetarse estrictamente.
Además, se requiere la presencia de un médico para la valoración de los hallazgos electrocardiográficos y
clínicos, ya que existe una gran cantidad de variación en términos de criterios de resultados anómalos.
La ergometría es una prueba diagnóstica y, como tal, debe ser realizada por un médico según lo recogido en la
Ley 44/2003 de 21 de noviembre.
El consenso científico en este aspecto es unánime y tiene soportes bibliográficos de prestigio en los que se exponen
las competencias y los conocimientos exigibles al médico que realiza la Prueba de Esfuerzo. Entre ellos, destaca el
conocimiento de las indicaciones y contraindicaciones de las pruebas, de la fisiología básica del ejercicio, de los
principios de interpretación y de los procedimientos de urgencia.
El médico debe estar asistido obligatoriamente por una segunda persona (enfermera o médico), entrenado también
en la realización de Pruebas de Esfuerzo y en situaciones de emergencia.
SALA DE PRUEBAS DE ESFUERZO (ERGOMETRÍA)
La sala de ergometría debe ser amplia y estar localizada en una zona de fácil acceso y con posibilidad de evacuación
rápida ante situaciones de emergencia, que permita el paso de camillas y otros medios de evacuación de urgencia, en
caso de que se produzca algún evento cardiológico o de otra índole que requiera el traslado a un centro hospitalario.
Debe ser una sala luminosa, bien ventilada, seca y espaciosa, para que puedan circular bien los profesionales entre los
distintos aparatos que dan soporte a la prueba.
La sala tiene que tener unas condiciones ambientales constantes que favorezcan la dispersión de la sudoración y el
calor que provoca el ejercicio, con una temperatura entre 18 y 22 ºC y una humedad relativa
del 40-60%. De esta manera, el calor, la humedad y sus consecuencias derivadas no afectarán al desarrollo de la prueba
ni a los parámetros analizados.
Es preferible utilizar una planta baja para ubicar la sala de ergometría, con objeto de que la estructura del edificio
soporte bien el peso del ergómetro y no se corran riesgos de vibración y hundimiento.
Por otro lado, la altura de la sala debe ser suficiente alta como para poder realizar una ergoespirometría a
deportistas de estatura elevada, teniendo en cuenta un posible incremento de la pendiente del tapiz rodante.
EQUIPACIÓN Y PROTOCOLOS PARA URGENCIAS
El personal médico responsable de la realización de las Pruebas de Esfuerzo debe disponer de la equipación adecuada
para poder tratar las urgencias relacionadas con las PE, y poseer de la formación necesaria en lo relativo a los protocolos
adecuados para el manejo de dicha equipación.
Para evitar en lo posible la aparición de situaciones que puedan constituir un riesgo para el deportista o paciente
que va a realizar la Prueba de Esfuerzo, el médico del deporte debe valorar si existen o no contraindicaciones para la
realización de la PE mediante una cuidadosa anamnesis, una exploración física completa y la realización de un ECG de reposo.
Además, en una PE pueden aparecer complicaciones que obligan
a la presencia de un médico y un equipo de RCP.
De hecho, los posibles riesgos derivados de una Prueba de Esfuerzo hacen que las compañías de seguros
la sitúen en el nivel de máximo riesgo al suscribir un seguro de responsabilidad civil a los profesionales
que la realizan.
La realización de PE con registro de gases y ventilación o ergoespirometría permite obtener más información
del estado biológico de las personas, lo que aumenta la necesidad de conocimientos biomédicos
sobre lo que se está midiendo.
Por lo tanto, las PE de laboratorio deben ser realizadas siempre por un médico con la formación adecuada
(Especialista en Medicina Deportiva, Cardiología o Neumología), y siempre con los medios necesarios para atender
las posibles complicaciones de compromiso vital.
El material necesario para los protocolos de urgencias incluye camilla, toma o botella de oxígeno, equipo de
reanimación completo que permita el abordaje venoso, la aspiración de las vías digestiva y aérea, la intubación
traqueal y la ventilación mecánica, la desfibrilación cardiaca y los fármacos y soluciones necesarios para la reanimación.